María Madre de Dios

La Madre de mi Señor, Lucas 1.43

María, Madre de Dios

Para todo Cristiano católico, María es Madre de Dios y madre nuestra; pero lo es no solo porque queramos y deseemos nombrarla así, sino que lo es por designio de Dios, como lo veremos a continuación descrito en la palabra de Dios y definido como el primer Dogma.

¿Qué es dogma? Es una verdad revelada definida por la Iglesia Católica. La entiende como una verdad perteneciente al campo de la fe, revelada por Dios y transmitida desde los Apóstoles a través de la Escritura o de la Tradición, y propuesta por la Iglesia para su aceptación por parte de los fieles.

Al dogma se llega después de años de reflexión, búsqueda teológica, aclaración doctrinal y contraste de opiniones diversas.

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La Iglesia, normalmente en un Concilio que reúne gran parte de ella, por eso se llaman ecuménicos, declara verdades que desde ese momento en adelante están claramente definidas y deben ser creídas de esa manera como están definidas, como dogmas de fe; de lo contrario la persona ya no pertenece a la fe y doctrina de la Iglesia sino que pertenece a otra denominación religiosa.

El dogma de la “Maternidad Divina” se refiere a que María es la verdadera madre de Dios.

“María, obviamente, no fue madre del Hijo eternamente. Ella comienza a ser Madre de Dios cuando el Hijo Eterno quiso entrar en el tiempo y hacerse hombre como nosotros. Para hacerse hombre quiso tener madre. Gálatas 4:4: “al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer”. Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios, por ende María es madre de Jesús, Dios y hombre verdadero”.

En el Evangelio de San Lucas 1,26-56, se narra el acontecimiento de la Encarnación del Hijo de Dios y describe como el Ángel Gabriel, enviado por Dios se presenta a una joven llamada María, para decirle la voluntad divina, que se da primero con el saludo, muy significativo aún para la Santísima Virgen que se turba al escucharlo: “Alégrate, llena de Gracia, el Señor está contigo” (Lc1,29); seguidamente la invita a no tener Miedo: “No temas, María, que gozas del favor de Dios”(Lc 1,30) con estas palabras vemos como Ella es elegida por Dios para esta misión, este anuncio espera una respuesta de parte de ella, (cfr Lc 1,34-38).

Pero no es solo en este texto bíblico donde se hace referencia a este hecho, sino también en el profeta Isaías: “He aquí que una Virgen concebirá y dará a luz un niño, a quien llamaran Emmanuel (Dios con nosotros) (Is 7,14); Miq 5,2-3.

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María es Madre de Dios, no porque lo haya engendrado en la eternidad sino porque lo engendró hace 2000 años en la Encarnación. Dios no necesitaba una madre, pero la quiso tener para acercarse a nosotros con infinito amor.

Dios es el único que pudo escoger a su madre y, para consternación de algunos y gozo de otros, escogió a la Santísima Virgen María quién es y será siempre la Madre de Dios.

Este Dogma de fe, se proclamó en el Concilio de Éfeso en el año 431, como se describe a continuación: “Desde un comienzo la Iglesia enseña que en Cristo hay una sola persona, la segunda persona de la Santísima Trinidad. María no es solo madre de la naturaleza, del cuerpo, pero también de la persona quien es Dios desde toda la eternidad. Cuando María dio a luz a Jesús, dio a luz en el tiempo a quien desde toda la eternidad era Dios. Así como toda madre humana, no es solamente madre del cuerpo humano sino de la persona, así María dio a luz a una persona, Jesucristo, quien es ambos Dios y hombre, entonces Ella es la Madre de Dios” -Concilio de Éfeso.

El dogma de María Madre de Dios contiene dos verdades:

  1. María es verdaderamente madre: Esto significa que ella contribuyó en todo en la formación de la naturaleza humana de Cristo, como toda madre contribuye a la formación del hijo de sus entrañas.
  2. María es verdaderamente madre de Dios: Ella concibió y dio a luz a la segunda persona de la Trinidad, según la naturaleza humana que El asumió.

El origen Divino de Cristo no le proviene de María. Pero al ser Cristo una persona de naturalezas divina y humana. María es tanto madre del hombre como Madre del Dios. María es Madre de Dios, porque es Madre de Cristo quien es Dioshombre.

La misión maternal de María es mencionada desde los primeros credos de la Iglesia. En el Credo de los Apóstoles: “Creo en Dios Padre todopoderoso y en Jesucristo su único hijo, nuestro Señor que nació de la Virgen María”.

El título Madre de Dios era utilizado desde las primeras oraciones cristianas. En el Concilio de Éfeso, se canonizo el título Theotokos, que significa Madre de Dios. A partir de ese momento la divina maternidad constituyó un título único de señorío y gloria para la Madre de Dios encarnado. La Theotokos es considerada, representada e invocada como la reina y señora por ser Madre del Rey y del Señor.
Más tarde también fue proclamada y profundizada por otros concilios universales, como el de Calcedonia (451) y el segundo de Constantinopla (553).
En el siglo XIV se introduce en el Ave María la segunda parte donde dice: “Santa María Madre de Dios” Siglo XVIII, se extiende su rezo oficial a toda la Iglesia.
El Papa Pío XI reafirmó el dogma en la Encíclica Lux Veritatis (1931).

 

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El mismo Jesús en la cruz, nos la deja como Madre (Jn 19,25-27).

Oraciones a la Madre de mi Señor.

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Ave María

Dios te salve María,

llena eres de gracia,

el Señor es contigo.

Bendita tú eres entre todas las mujeres,

y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,

ruega por nosotros, pecadores,

ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén

El Angelus

V. El Ángel del Señor lo anunció a María.
R.
Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…
Santa María….

V. He aquí la esclava del Señor.
R.
Hágase en mí según tu palabra.  
Dios te salve, María…
Santa María…

V. El Verbo se hizo carne.
R.
Y vivió entre nosotros.

Dios te salve, María…
Santa María…

V. Rogad por nosotros, Santa Madre de Dios.
R.
Para que seamos dignos de alcanzar las
promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Oración:
Infundid, Señor, vuestra gracia en nuestras almas, para que, pues hemos creído la Encarnación de vuestro Hijo y Señor nuestro Jesucristo anunciada por el Ángel, por los merecimientos de su Pasión y Muerte, alcancemos la gloria de la Resurrección.

Amén.

Bajo tu amparo

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.

Ruega por nosotros

Santa Madre de Dios

Para que seamos dignos

de alcanzar las promesas

de Nuestro Señor

Jesucristo.

Amén.

FUENTES BIBLIOGRAFICAS:

Biblia de nuestro pueblo

Aciprensa, sobre el dogma de la madre de Dios

María y los padres de la iglesia – Heraldos del evangelio