Madre del Buen Pastor

Iniciamos nuestro recorrido por las advocaciones.

Las devociones marianas son costumbres y prácticas de veneración hacia la virgen María, donde se busca señalar sus atributos.

Estas son incentivadas con el Concilio de Trento,​ que se desarrolló entre 1545 y el 1563, cuando se generó un renacimiento de la vida religiosa en la Iglesia católica.

La advocación es una fiesta o celebración religiosa, en este caso la imagen de María, quien desempeña un papel importante en nuestra religión. En esta oportunidad tiene como fin servir de identificador de un mensaje: María como madre de Dios, madre de Jesús.

La advocación de la virgen como “Madre del Buen Pastor”, busca realzar el papel de María como madre de Dios (Pastor) y María madre Jesús (el Cordero). Identifica y realza su papel y las implicaciones de éste para nosotros como intercesora.

Esta advocación nos llevará más tarde a una devoción. En este caso se muestra a través de una pintura al óleo realizada por la Hna. María Ecclesia Gastaldi; a petición del Padre Alberione, terminada en octubre de 1955. Esta obra refleja las cualidades de la Virgen María como Madre del Buen Pastor.

ORIGEN DE LA DEVOCIÓN A MARÍA MADRE DEL BUEN PASTOR

(DIVINA PASTORA)

https://lh3.googleusercontent.com/proxy/ZO3Y7CvYIg2Ef1h4TA6E3CTvHNHwr6WzbWJVTdqqEBd2ISKDGNCReZ6JZiTYN4TFsSIUPF0gan2fld7UHXlKUOKq78RVqqX5ZtvQaVpzRLqXMAU2cSPRjAWkZMoKYYIJ6HNQDI6k

Título de “Pastora”

La doctrina de la “pastoralidad” de la Virgen María, invocada como Madre del Buen Pastor, puede decirse que está contenida en el Depósito de la Revelación y siempre ha estado, más o menos enseñada explícitamente, por los santos Padres, doctores y escritores eclesiásticos.

El título de Pastora fue aplicado a María un poco, en la era patrística:

  • San Andrés de Creta: la invoca como “Inmaculada Virgen de la cual nació el gran Pastor y Cordero”.
  • San Juan Damasceno: la reconoce como “Madre de Cristo Pastor” y también en tiempos más recientes, como se puede ver de la devoción y de la iconografía de origen español.

Sin embargo, en veinte siglos de historia de la Iglesia, es raro encontrar en textos oficiales, la referencia a María con el título de “pastora”, aunque no está completamente ausente.

Origen de la devoción.

María «Madre del Buen Pastor» tuvo su origen en España a partir de 1703 por obra de los padres Capuchinos. El Padre Isidoro de Sevilla, de la Orden de los Capuchinos, en la parroquia de la Macarena, cercana a San Gil, promovió una procesión con la cruz y la bandera de la Inmaculada Concepción. Fue un cortejo que nunca se había visto en Sevilla por causa de la entusiasta multitud que se había reunido. Movido por esta experiencia y después de haber orado mucho durante la noche, el Padre Isidoro fue inspirado para realizar una pintura de María, en el vestido de una pastorcita, rodeada por ovejas. Él, encargó el cuadro al artista Miguel Alonso de Tovar, gran discípulo de Murillo.

El 8 de septiembre de 1703, fiesta de la Natividad de la Virgen, la primera procesión se realizó con la tela que fue mostrada a los fieles. En ese tiempo la herejía jansenista golpeaba a Europa y atacaban contra la ferviente devoción mariana; es en este contexto que el Padre Isidoro promovió el culto de María. Desde aquella vez, tal devoción, junto a la característica imagen de la Divina Pastora, se difundió en España, en Portugal y en los países de América Latina, a través de las misiones populares del Beato Diego José de Cádiz y el Padre Stephen Adoáin. Más tarde se difundió también en otras naciones europeas.

La Misa y la Liturgia de las Horas fueron aprobadas por Pío VI el 1° de agosto de 1795 y además, se estableció que los Capuchinos españoles pudieran celebrar su fiesta, cada año, en el segundo Domingo de Pascua. En 1932 María Pastora es nombrada patrona oficial de las misiones capuchinas. Hoy, no se puede decir que haya una sola fecha para celebrar la Fiesta de María, Madre del Buen Pastor, porque en los varios lugares de culto se celebra en una fecha diferente.

Pero también es necesario precisar, que en los ‘Rescritti’ con los cuales la Santa Sede concedía las Indulgencias para las piadosas prácticas devocionales y la facultad de celebrar la Misa en honor a la Virgen, honrada de tal manera, nunca se ha usado el título de Divina Pastora; aunque sí con mucha frecuencia en las súplicas de los postuladores y en los discursos de los predicadores populares, pero el más correcto teológicamente, es el de “Madre del Buen Pastor”. Para la crónica, la historia completa de esta devoción ha sido escrita por el Capuchino P. Juan B. Ardales, La Divina Pastora, cuyo primervolumen de 879 pág. ha sido publicado en Sevilla en 1949. (Se puede encontrar en la Biblioteca SSP de Roma vía Alessandro Severo; favor dirigirse al P. Giovannini).

Alberione y La DEVOCIÓN a María Madre del Buen Pastor

En la necesidad de venerar o mostrar los dones y atributos de nuestra Madre, el Padre Alberione, propone a María Pastora, como la forma de devoción mariana más apta a su carisma. El título “Madre del Buen Pastor” es indicativo de la misión de María, y su significado es comprensible solo a partir del significado de “Buen Pastor”. «Buen Pastor es aquel, que por su rebaño, se hace Camino, Verdad y Vida» (cf. PrP III, p. 78).

Cuadro y Mosaico donde se manifiesta la misión de María

El 17 de enero de 1952, el P. Alberione escribió al Profesor Santagata (autor de numerosas pinturas del Santuario Reina de los Apóstoles) para pedirle un consejo acerca de la eventual pintura de un cuadro que representara a María Madre del Divino Pastor. Se lee en el manuscrito:

Lo concibo así:

María sentada con el Niño, los dos con una mano ofrecen a las ovejas, que los circundan, hierba fresca.

A la derecha San Pedro que presenta y recomienda a María las ovejas, es decir, la Iglesia.

A la izquierda, San Pablo que empuja a las ovejas hacia María y a su Niño, para recibir la hierba, es decir, para ser apacentadas».

El primer cuadro, realizado siempre por petición del Padre Alberione, se termina en octubre de 1955. La autora de la pintura al óleo fue la Hna. María Ecclesia Gastaldi, pddm, que el 1° de junio de 1988, relató así cuanto recordaba de este evento: “el Primer Maestro me explicó cómo pensaba: una Virgen llena de luz, con los apóstoles Pedro y Pablo, con el Niño Jesús jovencito y muchas ovejas. Que María diera el alimento a las ovejas, que San Pedro rezara a María por el pueblo de Dios, la Iglesia; que San Pablo nos indicase a María nuestra madre y que el rebaño fuese infinito. El prado florecido es símbolo del mundo que acoge a María nuestra Madre…”

En los años 1959 – 1960 en la nueva Casa Madre de las Hermanas Pastorcitas en Albano, se terminó la segunda parte de la casa y la nueva capilla dedicada a María Madre del Buen Pastor. El Padre Alberione, pidió hacer un mosaico que cubría todo el ábside de una capilla y representaba a María Madre del Buen Pastor, así como lo deseaba y pidió al artista acentuar, sobre todo, en la imagen de María, la dimensión pastoral. Autor de la obra fue el Profesor Giuseppe Fratalocchi.

Lectura del Cuadro

Haciendo alusión al Cuadro don Alberione nos Dice: “ El cuadro sinteriza todo vuestro programa, vuestra misión y sobre todo la confianza que debéis demostrar a Jesús Buen pastor, a María y a los santos Apóstoles Pedro y Pablo…. Mirando el cuadro recordareis esta verdad: es vuestra vocación, recordar el cuadro que tenéis es una plática (de los escritos del fundador AAP 1959,57)

María es representada de pie:

Para don Alberione María es “siempre de pie”, jamás ha interrumpido su cadena de méritos y ahora en el cielo no tiene descanso.

El estar de pie permite a María tener una mirada más amplia y atenta a las necesidades de todo el rebaño y de cada oveja en particular.

María está en el medio: “María entonces está en el centro como la Divina Pastora. Este título compete a María, conviene porque Ella es la Madre del Divino Pastor.

Ella ha sufrido mucho por las almas y desde el cielo se preocupa mucho por la salud de las almas, de los pecadores y los infelices que se encuentran fuera de la iglesia y de aquellos que quieren caminar por el camino de la santidad y la justicia”: (Escritos fundador AAP, 1959,58)

Jesús Adolescente: Respecto a Jesús así se expresa el fundador: “Jesús adolescente apacienta las ovejas, (Jn. 10,11), así lo es desde su encarnación. Cumple su misión también cuando todavía es un jovencito.

Todo el trabajo que hace, aun si es carpintero es para la salvación de las almas. (AAP1959,59).

Hierba ofrecida a las ovejas: En esta imagen el padre Alberione evoca el trinomio: mente, voluntad y corazón, cual alimento completo para la oveja:

  • La mente: es apacentada con las verdades sobrenaturales.
  • La voluntad: con el darnos aquella fuerza necesaria para caminar sobres sus huellas.
  • El corazón: con la abundancia de su gracia.

La hierba que Jesús y María ofrecen a las ovejas indica este alimento (PPVIII, 1961).

María, “anillo de conjunción”: María cumple su tarea, nos da su mano. Así sostenidos podemos alcanzar el paraíso. María es como el anillo que nos une a Jesús y a su grey. En otra oportunidad el fundador nos dice: Por mi parte he ofrecido mi vida con gusto para las pastorcitas, convencido que si en cada parroquia estuvieran 3 hermanas podrían ser el anillo de conjunción entre el pastor y las almas, como María, madre del Divino Pastor (PP III, 114).

El cuadro esgrime la continua unión entre los personajes. María – Jesús – grey, como en las antigua iconas”.

Apóstol Pedro: Después de Jesús, Pedro es el pastor universal y nosotros lo honramos como pastor supremo.

Está en actitud de oración, encomienda y confía la iglesia a María. María protege al pastor universal de la iglesia, el papa (AAP 1959;58).

Apóstol Pablo: Del otro lado está representado san Pablo, indicando a María las ovejas.

En la liturgia está asociado a San Pedro, a quien fue sometido aunque haya sido el apóstol que más obro para la salvación de las almas. Los dos apóstoles fueron unidos también en el martirio (PP VIII, 62).

En realidad, el mosaico parece expresar mejor el pensamiento del Fundador que consideraba la misión de María según una triple cooperación con Jesús Buen Pastor: apacentar, custodiar, guiar al rebaño (cf. PrP III, 1942, p. 80) en la sencillez, trabajo, bondad y cotidianidad de la vida del ‘pastor’ y por lo tanto, de la ‘pastorcita’.

Para nosotras Pastorcitas, la advocación de María Madre del Buen pastor o Divina Pastora es nuestra patrona como herencia carismática de Don Alberione, así la invocamos y veneramos.

Existe en Venezuela también la devoción a la Divina Pastora, pero esta historia continuara…