Nuestra Señora de Altagracia 2da Parte

Nuestra Señora de Altagracia

2da parte:

La Devoción de “Los gracitanos” estado Zulia, Venezuela

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Tal y como lo vimos en la primera parte, Nuestra Señora de la Altagracia o Virgen de la Altagracia es una advocación mariana católica considerada como la “Madre protectora y espiritual del pueblo dominicano”.

Se celebra el día 21 de enero, principalmente en la Basílica de Higüey.

Para los dominicanos, la presencia del culto a la Virgen de Altagracia es de vital importancia, pero la imagen, en este lienzo, no solo llego a República Dominicana. Hay indicios de que en nuestro país, existe la devoción a esta advocación conocida entre otros como la “La fe de los gracitanos”, que tiene lugar en Los Puertos de Altagracia en el estado Zulia, Venezuela.

Refrescando un poco el termino, advocación mariana, es una referencia o alusión que busca la unión del alma del católico con la divinidad de Nuestra Señora.

Esto, como consecuencia lleva a una devoción, es decir la manifestación de un sentimiento de profundo respeto y admiración, inspirado por la dignidad, la virtud o los méritos de nuestra Señora, relativa a dones o atributos de la Virgen María.

En este caso es específicamente al atributo de ser “María Llena de Gracia”, pues ha sido el único ser humano merecedor de llevar al hijo de Dios en sus entrañas.

La Iglesia católica admite innumerables advocaciones que simbolizan la figura de la madre de Jesús o alguna de sus cualidades, a las que se rinde culto de diversas maneras.

En este caso este culto se refiere a veneración de la imagen reflejada en este Lienzo traído de España, que para muchos puede ser una imagen de la Virgen, para otros lleva a una devoción hacia La Madre de Jesús, la de “Altagracia” quien ha producido milagros.

Los pobladores de los puertos de Altagracia, cuentan que La Virgen de Altagracia, patrona de República Dominicana, comienza su historia en el estado Zulia, Venezuela, cuando en la región aun no había sacerdotes, ni iglesia. Años después de estar la imagen en el lugar, el pueblo inicia lo que sería después una iglesia activa.

Por la necesidad de sacramentos, para los hijos, enfermos y difuntos de muchas familias, los lugareños cruzaron el lago para llegar a Maracaibo y le pidieron al Obispo Francisco del Rincón el permiso “para construir un templo y solicitar un sacerdote”, pues muchos niños morían cruzando el lago para ser bautizados o los fallecidos eran enterrados sin las exequias”. El permiso fue concedido porque los fieles ya tenían una imagen y más de 100 años de veneración, que llegó al Zulia gracias a los Frailes Agustinos.

No se tiene fecha ni detalle de cómo llego la imagen a esa localidad. Ya la imagen estaba allí, mas no había iglesia quien la hubiera pedido; Pero se sabe que para los años 1500 gracias a una evangelización de los Frailes Agustinos por las costas colombianas, se inicia el culto a la “Virgen de la Gracia” hoy virgen de Altagracia” en nuestro país.

Los frailes agustinos, iniciaron su evangelización por el estado Mérida donde se construye la casa matriz más importante de esos tiempos; y de donde partirían esos cristianos para evangelizar por todo el país.

Para el año 1590 aproximadamente, estos frailes pisan tierra zuliana y deciden establecerse en Gibraltar, puerto importante para la región en ese entonces, perfecto para propagar la fe en todo el occidente del país por el movimiento que allí ocurría. Para el año 1600, se erige la 1era capilla, sencilla con semejanza al pobre pesebre de Belén. Y para 15 de septiembre de 1714 se erige canónicamente la parroquia de Nuestra Señora de Altagracia.

Una vez constituida la parroquia, se comienza a fomentar la devoción a la advocación a través de congregaciones en su honor. El pueblo en ese momento no tenía el nombre actual. Tuvo más de 6 nombres y finalmente lo llamaron “Los Puertos de Altagracia” en honor a la Virgen.

La devoción de este pueblo, se manifestaba en además de asistir a eucaristía, hacía sentir su activismo de fe, practicando actos de piedad y caridad, había una necesidad de organizarse en función a la iglesia, al pueblo y la adoración de la Virgen. Para 1869. Esta advocación empieza dar frutos, se fundó una cofradía o asociación donde se buscaba involucrar a toda la población en una misma fe. Se constituyen de forma activa, movimientos y grupos de apostolados cuya misión era revivir a la iglesia.

La fe de este pueblo se manifestaba tanto, que el que no participara de algún movimiento de apostolado, no se sentía parte de la iglesia. Se acrecentó la formación de estos grupos y movimientos o sociedades, ejemplo de esto, para 1878 se funda la sociedad “Hijas de Altagracia” niña y mujeres al servicio de todo lo concerniente a la virgen para 1917 reforman su nombre a sociedad “Hijas de María” su objetivo era contribuir al fortalecimiento del culto a la Virgen.

Era prácticamente una escuela mariana y la oportunidad de servir a la virgen, y de gran prestigio en la población pertenecer a ella.

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El amor de los gracitanos se ve manifestado en composición de gaitas, celosa elaboración de sus trajes y hasta la elaboración de una corona de oro, producto de la donación de prendas de los pobladores.

La devoción a nuestra señora hizo esto posible, un pueblo venezolano que inicio su fe si tener una iglesia constituida, esa misma fe les llevo a buscar ayuda para construir un templo donde activar una iglesia bajo el amparo de la virgen que no apareció sino que cuya imagen se veía reflejada en un lienzo.

¿Que mensaje nos deja esta advocación?

Según lo que hemos recorrido en este proyecto de “Conocer a la Madre de nuestro Señor” nos lleva a medita sobre como la virgen se ha dado a conocer; se ha dejado ver, escuchar y sentir por el mundo, diciéndonos que está presente entre nosotros y de alguna manera se quiere dar a conocer como nuestra madre y guíanos por el camino a nuestro Señor.

A algunos, la Virgen se les ha aparecido, a otros, a través de sueños, a otros con milagros. Ella ha despertado en algunos creyentes o no, una devoción.

Nuestro país ha sido bendecido por la aparición de Nuestra Señora de Coromoto, en Maracaibo se produce el milagro de la Chinita y así en otras regiones de nuestro país hay indicios de su presencia.

Para hablar de esta advocación y la devoción a la que lleva, escogimos los Puertos de Altagracia, en el estado Zulia, pero también en otros lugares como Quibor estado Lara; Caracas, distrito capital, están la imagen reflejada en el lienzo tal y como la apreciamos acá; y en Altagracia de Orituco, estado Guárico se venera esta advocación representada en un busto.

Los dominicanos no vieron a la virgen, pero la imagen de ese lienzo procedente de España, hoy en la Basílica de Higüey, despertó la fe de muchos y propicia milagros concedidos por Nuestra Señora. Pero Los Puertos Altagracia tiene algo en particular, veamos.

En Venezuela, los gracitanos no hacen explicito algún milagro, el verdadero milagro ha sido que a partir de una imagen, un pueblo ha ido incrementando su fe partiendo de ese amor hacia lo que reconocen es divino representado en un lienzo, han venerado a “La Madre de la Gracia o Señora de Altagracia”

Con los años su fe se hace una práctica cotidiana. Para ellos la virgen y su devoción forman parte de su día a día. Los gracitanos no buscaban en primer lugar ganar indulgencias o milagros si no saciar su necesidad de venerar a la madre de Dios reconociéndola como la de “La más Alta gracia” llevar a Jesús en su seno.

Pues esta nos muestra otra manera de cómo La Virgen se hace sentir y es despertando de la nada una devoción. Esto lleva a pensar que no solo creemos si vemos a nuestra Señora, que no solo creemos si somos testigos o beneficiarios de algún milagro; es que debemos aceptar que de alguna manera el Espíritu Santo nos prepara para sentirla y creer en ella a través de una imagen.

Como venezolana y por la impresión de estas apariciones y advocaciones marianas, puedo decir que son un llamado de Nuestra Señora a acercarnos a su Hijo inicialmente, y a confiar en Ella como nuestra Madre ejemplar y protectora, que siempre está atenta a nuestro llamado.

Dios permita que nuestro corazón inquieto reconozca la presencia de Nuestra Señora en nuestras vidas sin necesidad de milagros o apariciones, también, reconocer y manifestar ese ferviente amor que hay en nuestro corazón hacia lo que es verdadero, su Hijo.

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Fuente: https://www.aciprensa.com/noticias/bello-documental-sobre-la-virgen-en-venezuela-fue-posible-gracias-a-donaciones-video-68734