2da aparición de la Virgen en Bélgica: “Yo soy la Virgen de los Pobres”
Apenas transcurrido algunos días de habérsele aparecido La Virgen a los 5 niños en Beauraing; La Virgen María se le presenta por primera vez el 15 de enero de 1933, a una humilde niña de 11 años en Banneux, un caserío a 25 km. de Lieja en la región de las Ardennes, Bélgica.
La nieve caía en abundancia sobre el caserío, el domingo 15 a las 7 de la noche, Mariette Beco se encontraba mirando por la ventana mientras cuidaba a su hermanito bebé, cuando en cierto momento se acerca a la ventana para ver si su otro hermano, Julien, regresaba de trabajar puesto que estaba tardando más de lo habitual.
De repente, ve a través de la ventana, cerca de la huerta a una hermosa señora iluminada.
La Señora estaba un poco inclinada, con las manos juntas y tenía una gran aureola de luz que la rodeaba, llevaba un vestido blanco y cinto azul y parecía no tener frio.
Mariette primero se asustó y, por no entender la situación, llamó a su madre quien al ver a esta señora también se asustó pensando que era una bruja.
Mariette en ese momento miró a la Señora y dijo “¡Dios mío!, ¡mamá!, parece que es la Santísima Virgen”. La madre siguió asustada sin escuchar a su hija.
La Virgen desde afuera de la casa movía sus labios, pero Mariette no podía oír lo que le decía.
La Virgen le hace una seña con su dedo para que salga de la casa pero la madre creyendo que la señora era una bruja no le permitió salir.
Al volver a la ventana la Virgen ya había desaparecido.
Mariette conto todo lo sucedido a su hermano Julien, a su padre, a su mejor amiga, y finalmente al sacerdote del pueblo, pero ninguno fue receptivo, y el mismo sacerdote le pidió que no comentara con nadie el incidente.
Las primeras reacciones ante esta experiencia fueron duras para Mariette puesto que nadie le creía pero ella había sido convertida, 3 días después de la aparición retornó a sus clases de catecismo y a pesar de haberse ausentado de las clases por 3 meses conocía todas las respuestas. Es por ello que el Sacerdote, Padre Louis Jamin, la cita para que le cuente lo vivido y al notar que no hay contradicciones en su relato eleva el informe al obispo. Informe que se hizo más fuerte con las apariciones posteriores.
Sus mensajes fueron muy claros:
- Se definió como “La Virgen de los Pobres”.
- Pidió una capilla.
- Nos reservó un manantial.
- Nos invitó a rezar y creer en ella.
Los milagros se producían cada vez más mientras la Virgen continuaba revelándose. La última y octava de las apariciones tuvo lugar el 2 de marzo de 1933.
En el jardín de la familia Beco, donde se apareció por primera vez, se construyó una capilla que todavía atrae a los peregrinos y a unos 100 metros se encuentra una estatua de la Virgen, sobre el manantial que ella reservó a todas las naciones para aliviar el sufrimiento de los enfermos. La fuente recuerda a los creyentes el sacramento del bautismo.
Mensaje de cada aparición
1°) Domingo, 15 de enero de 1933:
Aunque no se sabe que dijo la reflexión es que la Virgen llama a Mariette. El Señor nos llama a salir de nuestra comodidad al encuentro con El.
2°) Miércoles, 18 de enero de 1933:
“Posa tus manos en el agua. Esta fuente me está reservada a Mí. Buenas noches. Adiós”
3°) Jueves, 19 de enero de 1933:
“Soy la Virgen de los Pobres”.
“Esta fuente está reservada para todas las Naciones, para aliviar a los enfermos. Rezaré por ti. Adiós”
4°) Viernes, 20 de enero de 1933:
“Deseo una pequeña capilla.”
5°) Sábado, 11 de febrero de 1933:
“Vengo a aliviar el dolor. Adiós”
6°) Miércoles, 15 de febrero de 1933:
“Creed en Mí, yo creeré en vosotros. Rezad mucho. Adiós.”
7°) Lunes, 20 de febrero de 1933:
“Hijita, rezad mucho. Adiós”
8°) Jueves, 2 de marzo de 1933:
“Soy la Madre del Salvador, Madre de Dios. Rezad mucho. Adiós.”
Descripción de la Virgen de Banneux, por Mariette Beco
“Era tan bella… tenía un rostro tan hermoso, con un bonito tono rosado en las mejillas (como también a veces tengo yo), un rostro delicado, tan joven, con una pequeña nariz muy fina; parecía una jovencita de 18 o 19 años.”
La Señora era de poca estatura, alrededor de cinco pies. Mariette nunca había visto antes a nadie tan hermoso. No vestía como las señoras de la aldea sino que usaba un vestido largo y blanco con una banda azul. Uno de sus pies se podía ver. Estaba descalza, con solo una rosa de oro sobre los dedos de los pies.
Por el frío ella debía estar congelándose. Mariette se dio cuenta de que ella estaba elevada sobre la tierra, parada, como en una nube. No parecía tener nada de frío.
Reconocimientos:
Las apariciones de la Virgen de los Pobres fueron sujetas a una investigación oficial por parte de la Iglesia Católica durante los años 1935-1937. Se formó una comisión episcopal, y las evidencias que se reunieron se llevaron a Roma para su análisis. En mayo de 1942, el obispo Kerkhofs de Lieja, anunció su aprobación de las apariciones. Una aprobación preliminar de las apariciones fue dada en 1947 por la Santa Sede; la misma fue declarada definitiva en 1949.
¿Quiénes son “Los Pobres” para Nuestra Señora?
La Pobreza o humildad, es una cualidad o característica humana, atribuida a toda persona que se considere un ser pequeño e insignificante frente a Dios, reconociéndolo como su Creador, su Dios.
En las distintas apariciones de La Virgen María, según las advocaciones más conocidas, observamos que se le aparece a unos niños, como es el caso de Nuestra Señora de Fátima; a una joven, como es el caso de Nuestra Señora de Lourdes y Virgen de los Pobres; a familias enteras, como es el caso de Nuestra Señora de Coromoto; a campesinos, como el caso de Juan Diego, quien vio a nuestra Señora de Guadalupe. En todos estas personas hay algo en común: “La Pobreza” o mejor llamada humildad de corazón. Ellos se consideraban “pequeños ante Dios”.
Si observamos bien la historia de cada aparición, vemos que fueron personas de muy bajos recursos, en ocasiones enfermos o en situación de sufrimiento entre otras coincidencias; pero no es esa precisamente por su condición de pobreza por lo que son escogidos, se trata de que a pesar de su situación precaria, esperan “lo bueno”, llevan sus cruces de cara a Nuestro Señor y en el momento saben reconocerle.
Es la pureza de su corazón la que les permite ver a Nuestra Señora, escucharla y a su vez les lleva a obedecerla. Ella, Nuestra Señora, les ayuda a hacerse escuchar y creer en lo que dicen haber visto en cada aparición a través de sus milagros y revelaciones. Son seres escogidos por su fe para dar testimonio y cueste lo que cueste, como los niños de Fátima, defender y cumplir las peticiones de Nuestra Señora.
“La Pobreza” en este caso, no se trata de carencia económica, se trata de un corazón humano dispuesto a lo divino, que al momento en que aparece Nuestra Señora; ellos, conversos o no, le reconocen como “verdad” y deciden seguirle para siempre. Ésta pureza, ésta humildad, les permitió ver y escuchar a Nuestra Señora, experimentar su presencia ocasionando un cambio radical en sus vidas hasta la eternidad.
Fueron sus calamidades y sufrimientos un camino a la santidad, pues sufrieron en este mundo pero una vez habiendo experimentado la presencia de Nuestra Señora, resistieron esperanzados en una vida eterna al lado de Nuestro Señor. Sus sentidos no se ven aturdidos por el dolor, sino receptivos a la verdadera riqueza, la divinidad de Nuestra Señora.
Lo que no hemos tenido esa dicha, aun estamos a tiempo, quizá haya en nuestro corazón muchas suciedades producto del pecado que estén aturdiendo nuestros sentidos. Dios o Nuestra Señora se nos han manifestado y nuestro “material” corazón nos ha hecho ciegos a lo “Verdadero”, no hemos sido capaces de verle ni de reconocer muchas veces sus obras.
Aun estamos a tiempo, La Virgen pide oración, pide conversión, que muchos seamos los puros, los humildes y que bajo su amparo en este mundo de pecado, seamos más tarde instrumentos para conversión de otros. E allí su petición. Dios espera por nuestra conversión y ella nos está animando cada vez que aparece.
En cada aparición se presenta a campesinos, pastorcitos, familias, indígenas, con limitaciones económicas, opresión, enfermedades, en fin gente común que sufre, dignos de contar con la mirada de Nuestra Señora pues poseen una riqueza muy grande en sus corazones.
Aun podemos salir de nuestra comodidad como lo hizo Mariette Beco, quien salió al frio para escuchar a Nuestra Señora y formar parte de ese grupo de “Hoy Santos” que siendo para aquel entonces “pobres de Corazón” pudieron por su pureza ver, escuchar y “decidieron” obedecer a Nuestra Señora.
Tal como lo dicen Según las escrituras, Mt 5,3-12:
“Bienaventurados los pobres de espíritu, por quede ellos es el Reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos.
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